Conducta agresiva: ¿Deseáis llevar un gato a vuestra casa y saber de qué manera instruirlo a fin de que se adapte a su nuevo hogar? ¿O bien ya tenéis uno, mas precisáis conseguir una buena convivencia? Acá os aproximamos ciertas pautas para aliviar al revoltoso o bien orientar al recién llegado en una sana relación con sus dueños.
Comportamiento agresivo
Entre los inconvenientes de mayor gravedad que encaran los dueños de gatos con relación a la mala conducta, refiere a la agresividad dirigida cara los humanos que los rodean. Es sumamente bien difícil para el dueño, pronosticar si su mascota desarrollará en algún instante una conducta indeseada. No obstante, es posible establecer ciertas pautas de control y educación del animal –y su ambiente- para prevenirla o bien corregirla, si ya existiere.
Pautas de reconocimiento y corrección
Cuando llevamos un gato a casa: Es esencial tomar en consideración el sitio donde le adoptemos. Ya antes de escoger, debemos examinar la reputación del vivero. Saber, de qué forma han sido sus progenitores y si estos han desarrollado en algún instante, conductas violentas. Este punto, refiere a una tendencia genética y al entorno de reproducción. Estos factores inciden en determinada predisposición del animal, tal como ocurre con los humanos. Si hemos recogido a nuestro piloso colega de un cobijo de animales, es conveniente, no tomar un gato que se vea miedoso o bien excitado exageradamente. Si tenemos la posibilidad de conocer dónde ha sido encontrado, debemos preguntar si ha estado en contacto con personas o bien no.
Pautas de juego: Cuando jugamos con ellos, es simple que el gato se vea sobreexcitado y brote algún género de reacción desfavorable. Poder marcar determinados límites, cooperará con una relación sana y feliz entre la mascota y su dueño. Es esencial no presentarle al animal, juegos rudos o bien que impliquen mordidas o bien contacto bucal con la piel o bien las ropas. Estas actividades, fortalecen conductas negativas. Los pequeños han de ser siempre y en toda circunstancia supervisados.
Ellos asimismo han de ser educados sobre de qué manera tratarlos. Si el juego se torna rudo o bien el gato procura morderos, un buen planteamiento se encuentra en redirigir su atención. Atraerlo cara una pelota, cuerda o bien algún otro género de juguete en especial desarrollado. Si esto no fuere suficiente, podéis distanciarlo por un momento o bien castigarlo a distancia. El “no” con voz firme y un rociador de agua, acostumbran a ser efectivos. NUNCA UTILICE CASTIGOS CORPORALES, son atroces y no ofrecen ningún género de beneficio. Recuerde, que la muestra de cariño, ha de ser en instantes de calma y sumisión. De otra manera, esteremos fortaleciendo estados perturbados y negativos. Manejar nuestro comportamiento El temor o bien dolor que sin querer, podemos producirles, es una esencial fuente de conductas violentas. Tal y como mentamos líneas más arriba, es esencial que se establezca una pauta general de buen y adecuado trato hacia ellos. Los pequeños, singularmente deben aprender a interaccionar con sus colegas pilosos. Los ruidos fuertes, los golpes, los movimientos repentinos o bien el trato brusco, pueden producir un enorme miedo en el animal y provocar reacciones violentas. Por medio de recompensas se puede habituar al gato a percibir caricias, cuidados de higiene e incluso a que se le retire el comestible, el agua o bien algún juguete. Debéis rememorar que en una situación de riesgo para el animal, es esencial poder ejercer estas acciones.
De otra manera, podría ingerir algún objeto que lo hiera o bien aun, le provoque la muerte. Se manifiesta a través del alejamiento de personas que no son del ambiente frecuente del gato, tanto de su territorio como de sus dueños. Una acción, que aparte de supervisar la reproducción indiscriminada, coopera con la minoración de conductas violentas, es la esterilización. Es esencial, habituarlos a interaccionar con personas que no pertenecen a vuestro hogar desde el instante en que es pequeño. Esto, asistirá a que tenga una mejor sociabilidad de adulto.